“Mis dos gatos me dan compañía y amor sin hacer mucho ruido. ¡Hasta les hablo de vez en cuando! Me siguen a todas partes cuando hago cosas por la casa, y se acuestan al lado mío cuando veo televisión,” cuenta Manuel, de 73 años.

“Cuidar de mi perro ahora que mis hijos son adultos le da sentido a mi vida y dirección a mis días. Tengo una rutina que gira alrededor de él. Y gracias a él, salgo todos los días a pasearlo. Eso quiere decir que no me la paso el día entero metida en casa, sentada. Cojo fresco, un poquito de sol y hasta converso con los vecinos”, nos dice Isabel, de 69 años.

“Nunca pensé que disfrutaría tanto tener gallinas en el patio. Son más inteligentes de lo que te imaginas. Me tienen arreglando el patio y levantándome tempranito para darles comida. Descubrí que tengo talento para construir cuando les hice yo misma un gallinero con tela metálica y madera encontrada. Ah, y ni hablar de los huevos gratis. Nunca me faltan ¡y hasta reparto entre los vecinos!”, cuenta con mucha alegría Sara, de 71 años.

Aunque cualquier persona que disfrute del privilegio de amar a una mascota puede dar fe de los muchos beneficios de vivir con un amigo de cuatro patas, muchas investigaciones también confirman los beneficios para la salud de los adultos mayores. Los estudios han demostrado que el vínculo entre las personas y sus mascotas puede aumentar el estado físico, reducir el estrés y brindar felicidad a sus dueños. Algunos de los beneficios para la salud de tener una mascota incluyen disminución de la presión arterial, disminución de los niveles de colesterol y triglicéridos, disminución de los sentimientos de soledad y mayores oportunidades de socialización.

¿Necesitas más razones para darle espacio en tu vida a un amor peludo? ¡Te las damos!

Compañía: La soledad puede convertirse en un compañero no deseado a medida que envejecemos, y puede provocar depresión y problemas físicos. Los perros, por ejemplo, moldean su horario y personalidad alrededor de sus dueños. Nunca están disponibles o fuera de servicio. Además, los perros más pequeños pueden viajar fácilmente dondequiera que uno vaya.

Rutina: Tener una mascota es una responsabilidad, pero no tiene por qué ser agotador. La rutina del cuidado de una mascota puede dar estructura y propósito a la vida diaria. Tal vez no siempre quieras levantarte de la cama, pero tu mascota sí.

Ejercicio: Las personas se benefician del ejercicio físico regular independientemente de su edad. Pero es difícil entrar en una rutina regular de ejercicios y, por lo tanto, es muy fácil no tenerla. Tener un perro puede ser una excelente manera de hacer que caminar sea una parte regular de tu día por muchos años.

Estrés: Las personas mayores con mascotas muestran menos estrés que las que no tienen. Tal vez se deba a esas caminatas regulares o a la sensación de que tienes un amigo para compartir los desafíos de la vida. O tal vez sea esa cola que se mueve todos los días al despertarte.

Vida social: Hay muchas actividades compartidas para los dueños de mascotas, que van desde caminatas comunitarias hasta eventos y proyectos benéficos dirigidos por organizaciones que se ocupan de los animales y el medioambiente. Puede ser difícil conocer gente nueva, pero las mascotas son un gran rompehielos.

Protección: Tener una mascota puede proporcionar una seguridad significativa. Los ladrones potenciales se mantendrán alejados de una casa con un perro que ladra. Tal vez tu perro guardián pesa solo 12 libras mojado, ¡pero la persona al otro lado de la puerta no lo sabe! Además, es posible entrenar a las mascotas para estar pendientes de signos de que algo está mal con tu salud.