Si eres uno de los 64,000 habitantes de Puerto Rico que tiene 65 años o más, es posible que estés preocupado por la temporada de huracanes. 

Si vives en un hogar de ancianos u otro tipo de residencia para adultos, habla con el administrador sobre el plan de desalojo. Pero si vives solo, queremos que estés preparado para disminuir la preocupación. Estos son algunos consejos que no queremos que olvides.

A lo largo de toda la temporada de huracanes:

  • Almacena 15 galones de agua: uno por día por 2 semanas. Puedes ir comprando los galones poco a poco a lo largo del verano, cada vez que vayas al supermercado. Las bebidas con electrolitos podrían ser una buena opción. Recuerda que nuestros veranos son cada vez más calurosos y que los adultos mayores de 50 años son especialmente vulnerables al calor.
  • Almacena comidas listas para consumir no perecederas, que sean bajas en sodio. 
  • Mantén tu ropa, sábanas y zapatos limpios. Si viene un huracán, en ocasiones se va el servicio de agua indefinidamente.
  • Asegúrate de tener un poco más de todo: espejuelos de repuesto, catéteres, baterías, sistemas de oxígeno, etc.
  • Revisa tu kit de primeros auxilios y rellénalo de ser necesario.
  • Mantén tus tarjetas de plan médico y documentos personales al día, y en un lugar seguro y fácil de acceder. Guárdalos en una bolsa plástica sellada y a prueba de agua.
  • Asegúrate de tener un buen suministro de tus medicamentos recetados y recetas que tengan hasta 6 meses de vigencia.
  • Adquiere un brazalete o collar con tu información médica.
  • Guarda suficiente dinero en efectivo, en caso de que no haya acceso a bancos o que los sistemas de ATM no funcionen ante la falta de electricidad.
  • Chequea que tengas suficientes baterías para todos los aparatos que podrías querer operar mientras no haya luz. También chequea el estatus de tus linternas y la cantidad de velas disponibles. 
  • Consigue un pito para pedir ayuda y un espejo pequeño para reflejar la luz del sol en caso de que tengas que hacer señas a los equipos de rescate.
  • Identifica el refugio más cercano a tu casa.
  • Asegúrate de tener suficientes suministros para tu mascota.

Durante el huracán:

  • Trata de no pasar el huracán solo. Contacta de antemano a un familiar o amigo y haz planes para pasarlo juntos. 
  • No dudes en irte a un refugio si las autoridades te lo han recomendado o si tienes dudas sobre la integridad o seguridad de tu hogar.
  • Mantente dentro de tu estructura y lejos de las ventanas y puertas. El baño tiende a ser un lugar seguro en casi todos los tipos de estructuras.
  • No salgas a la calle antes de que las autoridades confirmen que es seguro salir. Mantente informado escuchando la radio.
  • Pero si escuchar la radio te está dando estrés, no lo hagas. Pasa el tiempo con actividades relajantes —dentro de lo posible— jugando juegos de mesa o conversando con tus familiares.
  • Abre la nevera lo menos posible, para mantener el frío atrapado y retrasar el daño de la comida perecedera.
  • No utilices una planta eléctrica dentro de una estructura. Por lo tanto, en medio de la furia del huracán, no la enciendas, ya que no podrás salir si necesita tu atención.

Después del huracán:

  • Si te fuiste a un refugio, regresa a tu casa solo cuando las autoridades indiquen que es seguro hacerlo.
  • Evita las líneas eléctricas caídas. Nunca toques nada que esté en contacto con las líneas eléctricas, incluyendo agua o charcos de agua que puedan estar cerca de las líneas eléctricas caídas.
  • Protege tu propiedad de daños mayores tapando las ventanas rotas para ayudar a impedir el vandalismo o daños adicionales por el clima. Recluta a familiares para que te ayuden de ser necesario.
  • Ten cuidado con los peligros después de la tormenta, como el agua debido a inundaciones, objetos afilados o rotos, ramas de árboles caídas u otras estructuras que podrían estar débiles por el embate del viento y el agua.
  • Haz inventario de cualquier propiedad personal dañada y sepárala lo antes posible.
  • Si crees que tu hogar no está seguro, comunícate con tu compañía de seguros, con familiares o amigos, para planificar quedarte en otro lugar mientras se solucionan esos peligros de seguridad.