Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), se estima que el 20% de las personas mayores de 55 años experimentan algún tipo de afección en su salud mental, como ansiedad, depresión, bipolaridad o deterioro cognitivo severo. La depresión, un desorden del ánimo, es la condición de salud mental más prevalente entre las personas de edad avanzada. Sin embargo, la depresión no es una parte normal de envejecer. Es una enfermedad que debe tratarse para evitar mayores consecuencias. Lo malo es que la depresión es una de las enfermedades que más se ignora y deja de tratarse. A veces las personas piensan que la depresión solo la sufre la gente “débil” o que es una mera tristeza pasajera, y con esa mentalidad los pacientes que la sufren se pierden de recibir el tratamiento adecuado.

Hay muchos factores de envejecer que podrían causar depresión, factores internos que tienen que ver con nuestras maneras de ver la vida o nuestras experiencias. Si a eso añadimos los factores externos que no podemos controlar, como todos los eventos que están afectando el mundo actualmente, es posible que alguna vez nos hayamos sumido en un estado mental negativo y difícil de mejorar.

Que si la pandemia, que si la guerra… Sabemos que es mucho, y que sabemos que estos eventos podrían hacerte sentir impotente y solo. Quizás quieres hacer algo para mejorar las situaciones, pero no sabes qué. Quizás te preocupa el bienestar de tus hijos o nietos. Quizás tengas miedo de enfermarte gravemente o de que la guerra toque a tu puerta. Quizás ya la enfermedad y la guerra han tocado a tu puerta y temes que ocurra de nuevo.

Haz una lista de las cosas que te preocupan. ¿Cuándo podremos realmente dejar de usar mascarillas en público? ¿Qué pasa si me enfermo de COVID-19? ¿Qué pasa si es mi hija quien se enferma? ¿Cuándo podré ver a todos mis familiares de nuevo? ¿Qué ocurriría si Estados Unidos se metiera en la guerra? ¿Se afectará mi calidad de vida? Todo el mundo se ha hecho estas preguntas al menos una vez en los últimos dos años y son preocupaciones muy válidas. Luego de hacer la lista, búscales respuesta a las preguntas. Puedes comenzar con las noticias o buscando en Internet; luego, conversa con expertos, como tu médico. Puedes también discutir estos asuntos con amigos de tu edad. ¿Cómo se sienten ellos? ¿Tienen alguna visión optimista que puedan contagiarte? 

A veces lo más positivo es hablar. Conversa con tus familiares y amigos. Exponles tus ideas. Te podría sorprender saber que otras personas comparten tus preocupaciones y que no estás solo. Si tiendes a ocultar tus sentimientos porque no deseas que tu familia se preocupe demasiado por ti, piensa en que se preocuparán más si los pensamientos negativos toman control de tu vida y te hacen sumirte en una depresión severa u otra condición de salud mental o física (¡recuerda que el estrés también afecta el cuerpo!).

Si los eventos como la pandemia te hacen sentir aislado y solo, recuerda que hoy día contamos con tecnología que nos acerca a las personas que más amamos. Podemos ver a nuestros nietos en videollamadas, y ellos nos pueden ver a nosotros. Estamos a solo una llamada telefónica de nuestros amigos que viven en otros países; ahora las llamadas de larga distancia no son tan onerosas como antes. Podemos consultar con un psicólogo mediante telemedicina, sin necesidad de salir ni exponernos a enfermedades. 

Hay soluciones para lidiar con las situaciones actuales. Discute tu bienestar con tu proveedor de la salud. Podrías beneficiarte de algún medicamento que mejore tu salud mental. También podrías ayudar a mejorar tu bienestar haciendo cambios en tu estilo de vida, como hacer ejercicio, mejorar tu dieta o meditar.

En MMM estamos aquí para ti.