Casi todos hemos tenido que luchar con dolencias pasajeras como un hueso fracturado o una ruptura de apéndice. El hueso se recompone, y puedes continuar tu vida normal después de recuperarte de una operación menor. Sin embargo, ese no es el caso con la presión arterial alta, la insuficiencia cardíaca, la diabetes, la artritis, la osteoporosis u otras enfermedades crónicas. 

Las enfermedades crónicas duran mucho tiempo, a menudo durante un año o más, incluso toda la vida. También pueden requerir atención médica continua y puede que te traigan dificultades para llevar a cabo tus funciones diarias, como usar el baño y vestirte. 

Recibir un diagnóstico de una condición de salud crónica y de largo plazo puede ser alarmante y desorientador. Una vez que superes el impacto inicial de tu diagnóstico, es útil aprender a lidiar con el estrés diario de vivir con tu enfermedad. Puedes tomar medidas para maximizar tu calidad de vida y minimizar los retos de vivir con una enfermedad crónica. Las siguientes estrategias podrían ayudarte a sobrellevar la situación y recuperar el control.

Entiende tu enfermedad

Cuando vives con una condición crónica, aprender todo lo que puedas sobre sus síntomas y opciones de tratamiento podría ayudarte. Puedes hacer preguntas específicas a tu médico, pero también puedes investigar sobre la enfermedad en la biblioteca y las asociaciones de pacientes para condiciones específicas. También puedes encontrar información en Internet, aunque algunas fuentes son más precisas y confiables que otras.

Maneja tu enfermedad

Administrar tu propia salud diariamente (en vez de que la administre otra persona, como un familiar) puede ayudarte a obtener una sensación de control y mejorar tu calidad de vida. Seguir el plan de tratamiento recomendado puede ayudar a controlar los síntomas y el estrés. Por ejemplo, es importante tomar los medicamentos recetados según las indicaciones y no perderte las citas médicas.

Maneja tus emociones

Experimenta con diferentes formas de manejar el estrés y las emociones negativas. Cuando encuentres una técnica que te funcione, incorpórala a tu rutina. Algunas ideas para manejar tus emociones pueden ser hacer ejercicio o yoga, escuchar música, meditar, escribir en un diario, cocinar, leer o pasar tiempo compartiendo con familiares y amigos.

Busca ayuda cuando la necesites

Puedes encontrar ayuda para el estrés que la enfermedad crónica pueda traer a tu vida. Las opciones de consejería incluyen grupos de apoyo, consejería individual y/o consejería familiar y de pareja. Los grupos de apoyo pueden ser especialmente útiles. Proporcionan un ambiente donde puedes aprender nuevas formas de lidiar con tu enfermedad a partir de las estrategias que otras personas usan para afrontarla. También puedes compartir con ellas tus propios consejos. Sabrás que no estás solo. Puedes encontrar estos grupos comunicándote con una organización profesional o sin fines de lucro que se dedique a tu enfermedad específica. También puedes visitar a un psicólogo individualmente.