¡Las vacunas no son solamente para los niños! La protección de algunas vacunas en la infancia puede desaparecer con el tiempo. También puedes estar en riesgo de contraer enfermedades que se pueden prevenir con vacunas debido a tu edad, trabajo, estilo de vida, viajes o condiciones de salud. Todos los adultos necesitan vacunas para ayudarlos a prevenir contraer y propagar enfermedades graves que podrían resultar en problemas de salud, facturas médicas y la pérdida de su independencia.

Las vacunas existen y se han desarrollado desde hace más de 300 años. Son una parte fundamental de la salud de nuestra sociedad. Gracias a ellas, las personas en los países desarrollados ya no mueren por enfermedades que quizás puedas recordar, como el polio, el tétano, la rabia, la influenza, la difteria, el sarampión o la varicela. La ciencia moderna ha logrado que las vacunas sean seguras y efectivas.

Aquí te compartimos las vacunas que debes ponerte aún en la adultez, especialmente en la edad dorada:

  • Tos ferina, tétanos, difteria: Todos los adultos deben recibir una vacuna Tdap una vez si no la recibieron cuando eran adolescentes para protegerse contra la tos ferina, y luego una vacuna Td (tétanos, difteria) o una vacuna de refuerzo Tdap cada 10 años. Recordemos que estas enfermedades crueles y mortales ya no son un problema grave en nuestro entorno gracias a las vacunas. 
  • Influenza: Todos los adultos necesitan una vacuna contra la gripe estacional (influenza) todos los años. La vacuna contra la influenza es especialmente importante para las personas con enfermedades crónicas y los adultos mayores. Las personas de 65 años o más corren un mayor riesgo de desarrollar complicaciones graves por la influenza en comparación con los adultos jóvenes y sanos. Este mayor riesgo se debe en parte a que las defensas inmunitarias disminuyen con la edad. Se estima que el 50-70% de las hospitalizaciones por influenza son de personas mayores de 65, al igual que el 70-85% de las muertes relacionadas con la influenza. ¡No seas una estadística y vacúnate contra la influenza cada año!
  • COVID-19: Este virus llegó para quedarse, así que debemos tomar las medidas posibles para evitar sucumbir a él. Los adultos de edad avanzada tienen mayor riesgo de hospitalización o muerte debido a esta enfermedad, pero las personas de 65 años o más que recibieron ambas dosis de sus vacunas contra el COVID-19 mostraron una reducción del 94% en el riesgo de hospitalización. Según pase el tiempo y tengamos más información para aprender más sobre esta enfermedad y su vacuna, sabremos más sobre la frecuencia en que debamos ponernos los refuerzos, así que te recomendamos que estés pendiente y sigas las recomendaciones de vacunación de los CDC para protegerte de los efectos del COVID-19.
  • Culebrilla: Casi 1 de cada 3 personas en EE. UU. desarrollará culebrilla (herpes zóster) en su vida. Tu riesgo de desarrollarla aumenta a medida que envejeces. La vacuna te protege contra la culebrilla y las complicaciones de la enfermedad (recomendada para adultos sanos de 50 años o más).
  • Antineumocócicas: La vacuna antineumocócica de polisacáridos (PPSV23) protege contra la enfermedad neumocócica grave, incluidas la meningitis y las infecciones del torrente sanguíneo. La vacuna antineumocócica conjugada (PCV13) protege contra la enfermedad neumocócica grave y la neumonía (recomendada para todos los adultos con una afección que debilita el sistema inmunitario, pérdida de líquido cefalorraquídeo o implante coclear). Si nunca has recibido una dosis de PCV13 y no tienes una de esas condiciones, puedes discutir la vacuna con tu médico para decidir si la PCV13 es apropiado para ti.
  • Hepatitis B: Se recomienda para todos los adultos de 19 a 59 años y adultos de 60 años o más con factores de riesgo de infección por hepatitis B. Los adultos de 60 años o más sin ningún factor de riesgo conocido de infección por hepatitis B pueden recibir la vacuna contra la hepatitis B. La vacuna brinda protección contra la hepatitis B, que puede causar problemas de salud graves, como daño hepático, cirrosis, cáncer de hígado e incluso la muerte.

Te invitamos a que discutas estas vacunas con tu médico. Recuerda que las vacunas son parte de la salud preventiva, y la prevención es la mejor manera de mantenerte sano por muchos, muchos años.