La hepatitis C es un virus que puede infectar el hígado. Si no se trata, a veces y por muchos años, puede causar daños al hígado graves y potencialmente mortales.

El virus de la hepatitis C generalmente se transmite a través del contacto con la sangre de alguien contagiado. Algunas formas en que la infección se puede propagar incluyen:

  • Compartir agujas no esterilizadas, en particular agujas utilizadas para inyectar drogas recreativas
  • Compartir rasuradoras o cepillos de dientes
  • De una mujer embarazada a su bebé durante el parto
  • A través de relaciones sexuales sin protección, aunque esto es muy raro

Pero con los tratamientos modernos, por lo general, es posible curar la infección y la mayoría de las personas que la padecen tendrán una expectativa de vida normal.

Si eres un paciente que vive con hepatitis C, hay cosas que debes considerar sobre tu vida diaria para no empeorar tu enfermedad.

Hábitos

Beber alcohol puede aumentar el daño a tu hígado. Si tienes hepatitis C, debes intentar eliminar el alcohol o limitar su consumo. Si necesitas asesoramiento al respecto, habla con tu médico o ponte en contacto con una organización de autoayuda de alcohol. Además, puedes controlar tu peso con una dieta saludable y ejercicio regular, dejar de fumar y vacunarte contra la hepatitis A y la hepatitis B.

Dieta

Por lo general, la hepatitis C no requiere de una dieta especial, pero debes asegurarte de tener una dieta generalmente saludable y equilibrada. Esta debe incluir muchas frutas y vegetales, y alimentos ricos en almidón, fibra y proteínas. Reduce el consumo de alimentos grasos, fritos y procesados. De otro lado, si tu hígado tiene daño grave, tu médico podría sugerir que limites tu consumo de sal y proteínas, para evitar ejercer demasiada presión sobre el hígado. Un dietista puede aconsejarte sobre lo que puedes y no puedes comer.

Limita las oportunidades de contagiar a otros

Puedes reducir el riesgo de transmitir la hepatitis C a otras personas no compartiendo artículos personales, como cepillos de dientes o rasuradoras; limpiando y cubriendo cualquier cortadura o rasguño con un vendaje impermeable; no compartiendo agujas o jeringuillas con otros; y no donando sangre. El riesgo de propagar la hepatitis C a través de las relaciones sexuales es bajo, pero el riesgo aumenta si hay sangre presente, por lo que podrías considerar usar un profiláctico.

Riega la voz

Promueve el que tus amigos y familiares se hagan la prueba de hepatitis C al menos una vez en la vida. Aunque muchas personas pueden vivir toda una vida con la enfermedad y algunas nunca se enteran de que la tienen, algunos podrían desarrollar enfermedades crónicas del hígado que podrían ser mortales si no se abordan a tiempo. ¡Siempre es mejor saber!