La inflamación, que es parte del sistema de sanación natural del cuerpo, ayuda a combatir lesiones e infecciones. Pero no solo sucede en respuesta a lesiones y enfermedades. Tu sistema inmunitario se activa cuando tu cuerpo reconoce algo extraño, como un microbio invasor, el polen de una planta o una sustancia química. Esto, a menudo, desencadena un proceso llamado inflamación. Los episodios intermitentes de inflamación, dirigidos a los invasores que son de verdad, protegen tu salud. Sin embargo, a veces la inflamación persiste, día tras día, incluso cuando no te está amenazando ningún invasor externo. Ahí es cuando la inflamación puede convertirse en tu enemigo. Muchas enfermedades que nos aquejan, como el cáncer, las enfermedades cardíacas, la diabetes, la artritis, la depresión y el alzhéimer, se han relacionado con la inflamación crónica.
Los investigadores han concluido que una de las mejores maneras de combatir la inflamación se encuentra en la nevera, no siempre en el botiquín. Se ha demostrado que los componentes de los alimentos o bebidas pueden tener efectos antiinflamatorios.
Puedes controlar, e incluso revertir, la inflamación a través de una dieta y un estilo de vida saludables.
Algunas comidas que causan inflamación y que debes tratar de evitar, limitar o eliminar lo más posible son:
- carbohidratos refinados, como pan blanco y postres
- papas fritas y otros alimentos fritos
- refrescos y otras bebidas azucaradas
- carne roja (hamburguesas, bistecs) y carne procesada (perros calientes, salchichas)
- margarina, manteca vegetal y manteca de cerdo
De otro lado, una dieta antiinflamatoria debe incluir estos alimentos:
- tomates
- aceite de oliva
- vegetales de hoja verde, como espinacas, col rizada (kale) y coles
- nueces y almendras
- pescados grasos como el salmón, el atún y las sardinas
- frutas como fresas, arándanos, cerezas y naranjas
Además, el ejercicio puede hacer maravillas en tu cuerpo. Si has leído otros de nuestros artículos, sabrás que no nos cansamos de repetirlo ni de exaltar las virtudes del ejercicio, pero ¡es cierto! El envejecimiento resulta en una inflamación crónica de bajo grado que se asocia con un mayor riesgo de enfermedad, mal funcionamiento físico y mortalidad. Para contrarrestar eso, se recomienda el ejercicio regular para las personas mayores por una variedad de razones, incluido el aumento de la masa muscular y la reducción del riesgo de enfermedades crónicas del corazón y de los sistemas metabólicos. Tómate un tiempo para hacer de 30 a 45 minutos de ejercicio aeróbico y de 10 a 25 minutos de entrenamiento con pesas o de resistencia al menos cuatro o cinco veces por semana.
De paso, puede que pierdas peso, lo cual también es beneficioso. Las personas con sobrepeso tienen más inflamación, y bajar de peso puede disminuirla.
Y finalmente, baja el estrés. El estrés crónico contribuye a la inflamación. Utiliza la meditación, el yoga o algún otro método para controlar el estrés a lo largo del día. Es posible que no podamos cambiar muchas de las situaciones estresantes que encontramos en la vida, pero podemos cambiar nuestra respuesta y percepción aprendiendo a manejar mejor el estrés.